Por lo general, se recomienda realizar cada ejercicio con el máximo esfuerzo que puedas sostener manteniendo la forma y la técnica adecuadas, pero la intensidad puede variar en función del ejercicio específico y tus objetivos.
Por ejemplo, los ejercicios compuestos como el peso muerto, el press de banca o las sentadillas se pueden efectuar con pesos más pesados y menos repeticiones, mientras que los ejercicios de aislamiento como el curl de bíceps y las extensiones de tríceps pueden efectuarse con pesos más ligeros y más repeticiones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que efectuar todos los ejercicios a la máxima intensidad puede ser muy exigente para el cuerpo y aumentar el riesgo de lesiones o sobreentrenamiento. Se recomienda variar la intensidad y el volumen de los entrenamientos con el tiempo para evitar estancamientos y reducir el riesgo de lesiones.
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